El centro Botín, el puerto y nosotros

El título de este articulo quiere reflejar el orden en que el PP y el Alcalde han puesto a los ciudadanos de Santander ante el proyecto conocido como El Centro Botin.. En primer lugar el Centro Botin; después el Puerto y al final nosotros: los que vivimos la ciudad . No es ninguna sorpresa. La derecha siempre pone el dinero y las cosas por delante de las personas. Y además el apellido Botin dice mucho en Santander. Tánto que a un expresidente regional le hizo romper verbalmente con todos los principios democráticos del mundo civilizado cuando dijo aquello de : “ Con tres como Botin no hacia falta gobierno”. Pensando así, lo extraño fue que no dimitiera él y todo su gobierno al dia siguiente.

Frases como aquella pueden ser , entre otras cosas, las que hacen reaccionar a algunos políticos y ciudadanos de Santander con sumisión total ante la iniciativa indicada . Sin discusión. Sin debate. Enmudecidos . Habria sido interesante ver la reacción si la iniciativa hubiera partido de cualquier otro empresario, promotor o profesional. Ante la mágnifica oportunidad que se abre para Santander con esta propuesta y el cualificado proyecto del reconocido profesional que lo firma, hay que hacer justamente lo contrario: discutir, debatir, proponer, hablar, además de agradecer la iniciativa.

Hablar de lo que mucha gente nos cuestionamos: ¿El lugar elegido es el idóneo si de lo que se trata es de hacer ciudad?. Con ese magnifico instrumento para integrar Santander ¿Se pretende embellecer mucho más un lugar de por sí naturalmente bello o podemos revitalizar y transformar ambiciosamente alguna zona de la ciudad degradada?. Con esa importante inversión ¿Se trata de dar continuidad al área urbana-financiera del Paseo Pereda o debiéramos intentar proyectar nuevas posibilidades en otros entornos santanderinos tradicionalmente olvidados?.

El ejemplo más clarificador que he leído hasta ahora y que aporta respuestas a mis preguntas, le ha expuesto D. Luis Pedraz en este diario. Sobre el Centro Pompidou de Paris (obra de Piano y Rogers) y el Museo Guggenheim de Bilbao escribió: “.....los emplazamientos elegidos en ambos casos, el barrio parisino de Les Halles, y restos de antiguas zonas industriales en la ria de Bilbao, se trataban de zonas deprimidas, social y económicamente, y en ambos casos el influjo del edificio supuso el renacimiento de toda una zona.....”. Esa misión es la que debiera cumplir el Centro Botin: convertirse en foco de atracción y contribuir a la transformación de su área de influencia.

No se trata de embellecer lo que ya es naturalmente bello. No se trata de integrar un area de la ciudad yá integrada en el núcleo urbano más significativo de Santander. Más sencillo: “no se trata de limpiar sobre limpio” como dice mi madre. Se trata de otra cosa. Se trata de rentabilizar al máximo un proyecto mágnifico con una inversión cuantiosa . Se trata de analizar las áreas deprimidas de Santander y buscar la zona desde la que se pueda influir mejor en el progreso y el desarrollo de esa zona. Porque dichas zonas tambien son ciudad.

Santander, con la ordenación del Puerto y la zona de San Martín ya en marcha, afronta uno de sus principales desafios para los próximos 20 años. Esta actuación será una propuesta a largo plazo que pondrá en valor social y de rentabilidad económica su fachada marítima. Y todo ello explicado en relación con la estrategia del área metropolitana en la que nuestra ciudad es centro económico y de servicios. La reconciliación sociológica de Santander con el mar yá está en marcha con la ordenación del frente marítimo y la apertura del Puerto a la ciudad. Y , además, parece que el PGOU se agiliza.

Así las cosas, el Centro Botin abre una oportunidad para culminar la ciudad desde el punto de vista urbanístico con un lenguaje arquitectónico a la altura garantizado por esa intervención singular , que podría imprimir una expresión nueva en áreas degradadas o barrios tradicionalmente presionados (Castilla-Hermida) por el Puerto y sus tinglados. El Centro puede y debe servir para revitalizar y potenciar , con carácter y expresión propios, una zona deprimida. Porque, como mantienen los profesionales del urbanismo, hay una diferencia entre el edificio y el objeto del mismo: el edificio es algo que permanece, mientras que el objeto es algo vivo, que viaja con el tiempo, es un vehículo de sensibilidad .

Y el sentimiento que debiera trasmitir ese Centro es de integración. Eso es progreso: integración y no segregación de la ciudad. Apostando por un urbanismo incluyente. El urbanismo de la ciudadanía: “equilibrar socialmente la ciudad y evitar que la ciudad se convierta en testimonio de las diferencias y los modos de vida. El urbanismo incluyente es el modo más activo y eficaz de hacer la ciudad más habitable” (Ximena de la Barra, Arquitecta y Urbanista asesora de UNICEF). Como edificación singular, el Centro Botin debe seguir el camino del urbanismo incluyente.