La iglesia está sospechosamente callada en esta campaña electoral. Tímidamente, al comienzo de la precampaña, anunciaba algunos valores eclesiásticos para recordar que quien no los respetase no merecía el voto de los católicos. Pero punto. Guardó silencio de repente. Entre 4 y 5 millones de votantes del PP están en el área de influencia de la Iglesia Romana. Pero en esta ocasión ven a la derecha unida: desde los de mentalidad tea party, pasando por los de extrema derecha y los liberales de todos los paños hacen un núcleo que a la jerarquía eclesiástica le da confianza.
Rajoy debe pensar que "las cosas están ahora como Dios manda" por eso pone cara de ángel de la bondad en los mítines. Olvida que entre las campañas electorales y su Dios, hay millones de españoles que vivimos en la tierra. Que así sea.
La historia de la derecha política tiene apartados muy bestias en España que siempre han sido silenciados o apoyados por la jerarquía eclesiástica. Por eso quienes creemos que la razón y el libre pensamiento están por encima de lo que Dios manda, solemos apartarnos de los mandatos de esta Iglesia Romana que desdice al predicamento de la Iglesia Católica y Apostólica.
A muchos católicos, creyentes y practicantes, habría que advertirles sobre algunos temores que desprende el PP y que apoya la jerarquía eclesial: la cruzada ideológica que emprenderán, si llegase a ganar Rajoy, contra la ley del aborto y de matrimonios homosexuales; la bronca que buscaría restaurar el centralismo nacional frente al estado autonómico; las zancadillas que entorpecerían el proceso de paz en Euskadi; en definitiva, las batallas que se reiniciarían en España sobre la moral y las costumbres. Por eso no puede ganar el PP. Es la reflexión que todos los que admiramos el espíritu de la Ilustración y el Humanismo hacemos. ¿Otra vez, en pleno siglo XXI, volver a las tinieblas de la mala conciencia por decir lo que se piensa o por hacer lo que libremente se desea? No. Ha pasado ya mucho tiempo para volver atrás.
Los que estamos contra la austeridad como único horizonte sin apostar por el crecimiento a la par; los que estamos contra las privatizaciones como churros; los que estamos contra la eliminación por falta de inversión del sector público; los que estamos contra la consagración de los derechos de los que más riquezas tienen; los que estamos contra la vuelta a tras de los derechos civiles adquiridos, sabemos que no puede ni debe ganar el PP.
Rajoy debe pensar que "las cosas están ahora como Dios manda" por eso pone cara de ángel de la bondad en los mítines. Olvida que entre las campañas electorales y su Dios, hay millones de españoles que vivimos en la tierra. Que así sea.
Guardan silencio en prefecta sintonía con la campaña del PP para estas elecciones: decir poco, callarlo todo y simplemente esperar.
ResponderEliminarSotanas, chaqués, mantillas y sombreros de copa. En la europa de los mercaderes del siglo 21. Que mala pinta tiene todo.
ResponderEliminarEl silencio de los Rouqueros...
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