Si el PP y sus líderes regionales hubieran anunciado en la pasada campaña electoral las intenciones que tenían caso de llegar al Gobierno, posiblemente no hubieran obtenido los resultados conseguidos. No en vano ocultaron su programa electoral hasta el final. El incumplimiento de algunas promesas electorales (“no subir los impuestos”) y las formas extremistas de aplicar decisiones y medidas muy duras que afectan especialmente a los trabajadores , a los más débiles y a las clases medias, están suponiendo un descrédito del Gobierno Rajoy profundo y rápido.
Hace dos semanas, el Gobierno del PP anunció el viernes una amnistía fiscal , al lunes siguiente Rajoy prometió mano dura contra los defraudadores fiscales y el martes se descubría que los Presupuestos Generales del Estado recortaban en un 5% a la Agencia Tributaria (es decir, a la inspección fiscal). Este es un gobierno a la deriva, con poco fundamento, muchas contradicciones y voceros imprudentes que se pisan los talones entre los diferentes ministerios.
La ausencia de una voz con autoridad que indique la salida a la complicada situación que vivimos, desacredita al Gobierno. La derecha justifica los PGE presentados con el estribillo de que “no se puede hacer otra cosa”. Menos mal que ayer mismo abandonaban la irresponsable afirmación de que “o se aceptan los Presupuestos que el Gobierno presenta o España será intervenida”. Esta era la justificación más grave, por sus posibles consecuencias, que estaba haciendo el PP para avalar su documento económico, porque insistir en el riesgo de intervención es llamar a que se produzca.
El PP prometió no subir impuestos y nos ha subido el IRPF, sociedades y lo que vendrá; ha ocultado los PGE hasta pasadas las elecciones andaluzas y asturianas a pesar de haber prometido una Ley de Transparencia; deja morir la cultura; abandona a los más débiles y dependientes en manos de sus familiares; deja morir la investigación; recorta drásticamente el gasto social; elimina dinero del presupuesto educativo anulando becas; y ahora anuncia una reforma de la Sanidad. Bueno, esto es lo que hay: Una gran estafa.
El sacrificio que se está pidiendo a los ciudadanos parece que no tendrá límite. Rajoy dice que ha visto el abismo por la herencia recibida y que no hay alternativa. Para el año 2013, la aplicación de los PGE de este año y la brutal y extremadamente agresiva reforma laboral aprobada, nos harán llegar exhaustos y mucho más pobres a gran parte de la sociedad. Y para entonces, el PP anuncia más recortes para pasar del 5,8% de déficit al 3%. Me pregunto cómo lo hará.
¿Volverán a subir impuestos y a recortar en educación, en sanidad ,yen la joya de la corona: las pensiones?. El problema de la derecha cuando gobierna en épocas de crisis es que todo lo sacralizan al control del déficit. ¡ Ni un guiño al crecimiento económico en estos Presupuestos de 2012 ¡. Y sin crecimiento no se genera empleo: crecerá el desempleo mientras reducen la protección al mismo. Sin empleo no se venden casas, ni coches; se frena el consumo. No se genera riqueza.
Estos PGE presentados por Rajoy para 2.012 son una gran estafa. Porque han estafado las expectativas que crearon en los ciudadanos cuando anunciaban que “la confianza de los mercados y las finanzas en la economía española vendría con el cambio de gobierno”. No. Por sí solo, no. La excepcional situación exige grandes acuerdos. Grandes consensos. En España y en cualquier región de nuestro territorio. Tal y como lo ha ofertado el líder socialista, Rubalcaba. Porque lo que se está empezando a romper es la universalidad del Estado de Bienestar en nuestro país. Y a eso los socialistas no jugamos.
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