Auditorías para ocultar la verdad

Generalmente las auditorias se hacen para saber la verdad: la verdad administrativa y la verdad en la gestión de asuntos relativos a empresas o a cualquier nivel de la Administración. Las auditorias sirven para analizar con la evidencia de la documentación oficial en la mano, si se ha actuado bien o mal y de acuerdo a la ley, gestionando el patrimonio de una empresa o el dinero publico de los ciudadanos.

Las auditorias encargadas por el PP en Cantabria buscan, ni más ni menos, ocultar la verdad. Justo lo contrario al objetivo que persigue cualquier auditoria medianamente seria. El Partido Popular busca ocultar la verdad del conservador programa con el que se presenta el 20-N. Y nada mejor para ocultarlo que despistar a la ciudadanía con anuncios supuestamente escandalosos de auditorias sobre la gestión anterior en nuestra región. El PP intenta alarmar a la población sobre supuestos fraudes, irregularidades y negligencias del anterior gobierno, buscando que pase el tiempo hasta el 20-N. Igual que el PP nacional, que sin arrimar el hombro en la lucha contra la crisis se ha limitado a esperar la llegada de las elecciones, mientras no ha querido mostrar la verdadera cara de las medidas que pretende adoptar si (por desgracia) se hacen con el poder tras los comicios.

El PP pervierte lo que toca: un instrumento esencial de transparencia en la gestión , como son las auditorias, lo pudre de oportunismo utilitario electoral a la vez que esconde el programa más reaccionario que la derecha haya podido presentar desde la recuperación de la Democracia en España.

El PP , ya es sabido, hará lo de los conservadores en Inglaterra o lo que hicieron los republicanos en Estados Unidos: van hacia ese modelo donde la rentar per cápita es lo esencial sin importarles su redistribución: despedir a miles de funcionarios, disminuir la policia en las calles, congelar los salarios, abaratar los despidos, bajar los impuestos a los poderosos, subvencionar la escuela privada frente a la publica, rebajar inversiones en investigación, relajar la normativa preventiva de la especulación con el suelo y el territorio, apostar por modelos de crecimeinto caducos ( ¡la construcción, dice aquí el lider del PP, Ignacio Diego!) y la merma de la sanidad pública en beneficio de los intereses privados.

Y todo esto queriendolo ocultar con la llamada al escándalo diciendo : ¡que vienen las auditorias!. Vaya manera de pudrir todo lo que tocan... Las auditorias son para buscar la verdad, jamás para oucultarla.

Revilla y el PP, contra los ideales democráticos

Que el PP es un partido de la derecha más conservadora y reaccionaria de los que forman el Partido Popular Europeo yo no lo dudo. Ahora bien, el PRC, con las "idas y venidas" de su líder el “mediático” Sr. Revilla, podría llamar a engaño. Pues no. El PP y Revilla son tal para cual porque ambos rompen con los valores propios de la Ilustración que desarrollamos los que defendemos los ideales democráticos. El PP y el secretario general del PRC se muestran a favor de la cadena perpetua en el Código Penal.

En el PP esto no sorprende, ya que para este partido todas las personas no somos iguales y privar de libertad a algunas hasta su muerte sería algo ejemplar. Como si fuera loable un ejemplo que deja sin capacidad de reeducar y reinsertar a cualquier ciudadano. Pero son así: se dejan llevar por el momento de la pasión frente a la pena: "que se mueran en la cárcel" dirían. Como si hablásemos de objetos, en vez de sujetos de derecho.

Pero lo del Sr. Revilla es más escandaloso. Sus declaraciones reaccionarias al respecto se tiñen de oportunismo utilitario: dice y hace lo que quieren que se diga y que se haga esas personas cuyas pasiones les salen de las tripas. Miguel Ángel Revilla hace tiempo que renunció a la política de la razón, además de renunciar, ocultándolo, a un mandato constitucional. Tal vez no lo sepa, pero nuestra Constitución de 1978 tendría que reformarse para instaurar la cadena perpetua. Se empachó de mitinear a favor de dicha pena cuando los tribunales cumplían la ley respecto a De Juana Chaos acusando al Gobierno socialista de Zapatero de dejar en libertad a terroristas por capricho. Aquí evoco las palabras del jurista asesinado por ETA Tomas y Valiente: "La ley es la defensa para todos por igual, incluso para los delincuentes".

Pero para Revilla esto de la Constitución le da igual; si cree que la cosa vende lo mismo pide la cadena perpetua que apoya dejar la estatua de Franco en la plaza del Ayuntamiento de Santander. Y es que esto de defender los ideales democráticos, las ideas humanistas de la Ilustración, el imperio de la ley y la razón, el Sr. Revilla , a veces, evidencia que no es lo suyo."Con tres como Botín, no harían falta gobiernos" dijo todo eufórico siendo Presidente de Cantabria, cuando le pareció oportuno adular al banquero. A todos los ciudadanos en paro debiera preguntar hoy el secretario general del PRC qué piensan de los banqueros. Verbalizó y publicitó lo poco que le importan los principios democráticos en los que se basa la legitimidad de las instituciones que nos gobiernan. Los que crean en esos principios votarán al PP; siempre es mejor que votar a la fotocopia.

Los socialistas apostamos por otra cosa; por asegurar la primacía de la política y de sus valores y mejorar su eficacia. La política en democracia se basa en la defensa del Estado de Derecho y las instituciones de éste encuentran su fundamento en garantizar los derechos de los ciudadanos por encima de las condiciones particulares de cada uno. Estamos en contra por tanto de la cadena perpetua defendiendo lo señalado por una Constitución en la que siempre hemos creído.

No como otros.

Del 28-O de 1982 al 28-O de 2011: Hoy como ayer

Hoy como Ayer. Hoy hace 29 años que los socialistas españoles llegábamos a los 202 diputados al Congreso bajo el liderazgo de Felipe González en las Elecciones Generales de 1982. "POR EL CAMBIO” era nuestro lema de campaña. España votó por el cambio que proponíamos los socialistas frente a una UCD desmembrada y dividida con un líder sin autoridad. Por aquel entonces la derecha se aglutinaba en torno a la Alianza Popular (antecesora del PP actual) del exministro de Franco Fraga Iribarne.

Los socialistas salimos a la calle a ganar; a por todas. España salía de una intentona golpista que alertó a unos y otros a favor de la convivencia democrática.

Hoy como ayer, los socialistas saldremos a por todas en las Elecciones del 20-N. Porque está en juego la modernidad y el bienestar que nos trajo aquel cambio. Hoy como ayer, los socialistas saldremos a defender una convivencia en Paz, sin terrorismo, porque un Gobierno decente y respetuoso con la ley lo ha hecho posible.

Hoy como ayer, los socialistas saldremos a garantizar que un anciano no se muera solo en casa , que se enciendan todas las mañanas las luces de los quirófanos de los hospitales públicos y que las escuelas infantiles abran sus puertas todos los días.

Hoy como ayer, los socialistas saldremos a apoyar a los que inventan, a los que investigan, a los que creen en un aire limpio y respirable en el mundo de la ciencia y la universidad.

Hoy como ayer, los socialistas saldremos a decir que paguen más los que más tienen para redistribuir la riqueza entre los que más lo necesitan.

Hoy como ayer, los socialistas saldremos a reforzar las instituciones y los gobiernos democráticos frente a los que apuestan por los banqueros como dueños del mundo.

Hoy como ayer, como siempre, los socialistas saldremos a pelear por las cosas que de verdad importan.

Hoy como ayer, yo saldré orgullosa a defender a mi partido, el PSOE.

España necesita a los dos

En 1998, poco después de las Elecciones Autonómicas del 25-O en Euskadi, el entonces presidente Aznar, dio un giro radical a la política antiterrorista de su Gobierno. Quizá tuvo que ver en este cambio, la valoración política que hizo la derecha como un posible doble éxito de los resultados obtenidos por el PP y por EH-HB en aquellas elecciones. En consecuencia, Aznar autorizó contactos secretos con el entorno de ETA, tal como había exigido públicamente HB.

El PSOE no se opuso. Pero Zapatero lo hizo mejor en 2005: pidió autorización al Congreso para dialogar con ETA, caso de darse las condiciones adecuadas. El PP entonces estaba rompiendo todos los moldes de la racionalidad en su papel de oposición: en su obsesión por demoler la imagen de Zapatero, se dedicaban a descalificar su labor con un afán destructor; la derecha buscaba por defecto la victoria mediante la derrota ajena, sin darse cuenta que en juego no estaba el PSOE, sino la paz en España.

Hubo una gran diferencia entre la forma que empleó el PP, cuando gobernó, y la forma que empleó el PSOE. El PP, invistiéndose de una especie de iluminación divina, hizo algo parecido a aquello de "dejadme solo"; mientras que el PSOE pidió permiso ante la representación de la soberanía popular, en el Congreso.

El comunicado de ETA anunciando el cese definitivo de la violencia armada exige un proceso de dialogo indiscutible entre los partidos democráticos, y lo son todos los que tienen representación institucional, para recuperar la normalidad política en un Euskadi en Paz. El PSOE, de nuevo, ha mostrado un exquisito respeto a lo institucional y ha fiado al gobierno que salga de las próximas elecciones, la gestión del proceso. ¿Se equivocará el PP, de nuevo, tanto si gobierna como si los ciudadanos les dejan en la oposición tras el 20-N?

España necesita a los dos para cerrar el fin de la violencia. España necesita al PP y al PSOE. Por mucha mayoría que obtuvieran, electoralmente hablando, cualquiera de ellos, España necesita a los dos. La altura de miras de la que hoy habla Rajoy debiera imponérsela a los botarates de su partido que vociferan sobre "no seguir la hoja de ruta marcada por ETA", o sobre que " la agenda no deben marcarla los terroristas"...etc. A Aznar en 1998, el PSOE no le dijo que hacia lo que dictaba Herri Batasuna. El PSOE estuvo a la altura. Ni siquiera criticó el hecho de que el Partido Popular denominara al entorno etarra “Movimiento de Liberación Nacional”.

No hay que desdeñar que hoy el terrorismo se encuentra entre una de las menores preocupaciones de los ciudadanos según todas las recientes encuestas. Esto no es casual. Una política policial sin respiro contra los terroristas, una política penitenciaria ajustada a la ley, una colaboración internacional perfectamente coordinada, y todo ello bajo el más escrupuloso respeto a las víctimas, lo ha hecho posible. Detrás de todo ello ha habido personas con responsabilidad política. Con nombres y apellidos.

Y la esperanza me hace confiar en que los ciudadanos siempre tienen memoria.

Zapatero recibirá al líder del PNV

Después del comunicado que pone fin a la violencia emitido por los terroristas de ETA la pasada semana, me están gustando muchas cosas y veo algunas contradicciones en las declaraciones y en las actitudes de algunos líderes políticos.

Por ejemplo, me gusta oír a Rajoy decir que en estos momentos es preciso tener "altura de miras" y me gusta que Rubalcaba como candidato del PSOE no caiga en la tentación de hacer uso de sus logros como el ministro del interior que puso a ETA definitivamente frente a las cuerdas.

Aplaudo el unánime consenso en la idea de descartar que haya precio político a pagar por la autodestrucción de la banda terrorista.

Me gusta también oír a Rajoy decir que la salida del conflicto, después del 20-N, será respetando siempre el Estado de Derecho; pero, si esa declaración es sincera, entonces no me gusta cuando cuestionó la sentencia de los tribunales legalizando Bildu. ¿Los tribunales no son los instrumentos del Estado de Derecho para impartir la ley? La derecha del PP en materia de política antiterrorista siempre ha estado plena de contradicciones. En este sentido, ni me gustan ni entiendo tampoco esas voces disidentes internas del PP al mejor estilo populista y demagógico de Rosa Díez que parecer no estar a gusto en un escenario de posible paz…

Me gusta que el lehendakari Patxi López dialogue con los partidos políticos vascos para recuperar la convivencia en normalidad en Euskadi, pero me gusta muchísimo más que Zapatero hable con el líder del PNV, Urkullu. El presidente de los nacionalistas se convertiría así en el primer dirigente político vasco en visitar la Moncloa para hablar del nuevo tiempo que se abre en el País Vasco tras el histórico anuncio de hace seis días.

Porque antes que un gobierno nacionalista y abertzale, antes que un gobierno socialista y popular, antes, mucho antes que un gobierno mayoritario abertzale, siempre he creído en la bondad de un gobierno PSOE-PNV en Euzkadi.

Y si se tratase de intentarlo, me gusta muchísimo la reunión de Zapatero con Urkullu.

Decir y escuchar en un momento delicado

Es cierto que no corren buenos tiempos para los socialistas en nuestro país. La repercusión de una crisis global que tanto nos ha afectado debido a un modelo productivo poco preparado para hacer frente a esta hecatombe financiera, está pasando factura a todos los gobernantes europeos y en este caso España no iba a ser una excepción. La lacra del desempleo afecta por desgracia a demasiados ciudadanos y desde una perspectiva electoral, las previsiones no son buenas.

Es en estos momentos difíciles cuando la militancia socialista debe mostrarse firme en las convicciones y afrontar la próxima campaña con la ilusión necesaria para dar, una vez más, la vuelta a unas encuestas que no son buenas. Necesitamos hacer llegar a la sociedad nuestros mensajes de una manera adecuada; explicar a los ciudadanos los beneficios de nuestro programa de gobierno y advertir a la sociedad de los evidentes peligros de un gobierno de derechas, de un gobierno del Partido Popular. Los pocos meses transcurridos desde las elecciones municipales y autonómicas han bastado para poner de relieve la verdadera cara de las huestes de Rajoy: lo salvajes recortes en educación y en sanidad, pilares de la sociedad del bienestar, destapan el programa oculto del PP para los próximos años.

De ahí que me apetezca más que nunca, opinar. Siempre me ha gustado la política directa, del “cara a cara”. Una forma de hacer política próxima a los ciudadanos, a pie de calle. Escuchando también a ese importante caudal humano que es el militante socialista de base. Este tiempo transcurrido sin responsabilidades políticas me ha servido para reafirmarme en esta idea: el contacto permanente, de primera mano, con la realidad social es fundamental para el que quiera hacer política y además entenderla como un ejercicio de responsabilidad cívica.Y gracias a este permanente contacto con la realidad social, y en especial con gente joven y tremendamente preparada, he aprendido las bondades de estos nuevos modos de comunicación basados en Internet: los blogs y las redes sociales se me aparecen como una manera paralela (nunca la única) de escuchar y de hacerse oír.

Aquí tenéis mi espacio. Aquí escuchareis mi voz, mi opinión. Porque quiero y además es mi deber como militante defender a este Partido y lo que representa.

Un socialismo "con RIGOR": Con Rosa Inés García ORtiz.